FUNDACIÓN GENTE NUEVA -MISEREOR (ALEMANIA)

CAMINANDO JUNTOS, SOÑAR ES POSIBLE

Este proyecto alcanza a unas 50 familias de los barrios Virgen Misionera, Frutillar y 34 Hectáreas, que necesitan mejorar sus viviendas, principalmente en las condiciones eléctricas de sus hogares, construcción de estufas y en la regularización dominial de sus terrenos. Lo coordina el Equipo de Tierra y Hábitat de Fundación Gente Nueva. El relevamiento se hace en forma articulada con instituciones barriales, los materiales son adquiridos por las familias y los trabajos llevados a cabo por el Colegio Técnico Nehuen Peuman y ESRN Amuyen. Aquí la historia de un proyecto que nace a partir de las necesidades y la organización comunitaria.

El mejoramiento habitacional es un problema que muchas veces no tiene solución ni techo, lo que provoca una grave crisis habitacional que reside en nuestra ciudad, donde los sectores populares son los más desprotegidos. Las familias tienen hijos, esos hijos crecen pero las viviendas siguen siendo las mismas. Los que viven del borde hacia afuera, apiñados en las cornisas tienen una necesidad fuerte y silencios no escuchados que empezaron a hablar por sí mismos.

Bibiana Alonso, una de las referentes del proyecto, que comenzó en 2024 y ya está en la etapa final de ejecución. Ella rememora que en el área de Tierra y Hábitat de Gente Nueva, cuando acompañan cotidianamente a las familias de Virgen Misionera en su camino en la regularización dominial, muchas veces visitan sus casas. De esas conversaciones, aparecen otras necesidades, especialmente con todo lo relacionado con la falta de servicios y el mantenimiento de sus viviendas. 

Ella recuerda que la primera experiencia implementada bajo este proyecto, fue una mejora eléctrica, dónde participaron activamente los integrantes de la familia para comprar los materiales, y el trabajo fue llevado a cabo por el Colegio Técnico Nehuen Peuman: sus capacidades fusionadas con el compromiso de la gente, produjeron una mejora en la calidad de vida de esas personas.

Según reconocen sus referentes, los objetivos centrales de este proyecto son dos; desarrollar sistemas para optimizar el uso eficiente de recursos energéticos en el mejoramiento habitacional de las viviendas en los barrios, promoviendo mejores condiciones de vida en la comunidad y, el otro, es trabajar en la regularización y seguridad en la tenencia de terrenos y viviendas integradas en el programa, o sea su regularización dominial.

_¿Cuáles consideran que son las principales problemáticas de ejecutar este proyecto?

_ A pesar del complejo contexto económico, logramos sostener una alta demanda de familias interesadas en mejorar sus condiciones habitacionales. Si bien los aportes comprometidos por los beneficiarios no alcanzan actualmente para cubrir la totalidad de los insumos previstos, hemos podido reconfigurar el proyecto articulando nuevas estrategias de financiamiento y priorización de intervenciones. Frente al retiro de algunas líneas estatales de apoyo, redoblamos los esfuerzos comunitarios y reorganizamos los recursos disponibles, lo que nos permitió avanzar con el plan, adaptándolo sin perder de vista sus objetivos centrales y los resultados esperados.

Nos planteamos como mínimo, alcanzar 50 familias de los barrios Virgen Misionera, Frutillar y 34 Hectáreas, que necesitaran mejorar la situación general de sus viviendas, beneficiando en forma directa a niños, niñas, jóvenes, adultos y adultos mayores. El relevamiento de casos se realiza articulando con instituciones de los barrios: escuelas, CAAT y Centros de Salud. Trabajar en los barrios donde se insertan las escuelas de Gente Nueva, facilita el trabajo de detección de casos.

Las poblaciones beneficiadas pertenecen al universo de barrios populares. Son familias que no tienen acceso regular a servicios básicos, como agua, electricidad, o cloacas. También se caracterizan por ser asentamientos informales con diferentes niveles de precariedad, que llevan a que en varios inviernos, se produjeran incendios producidos por la sobrecarga de un sistema eléctrico precario.

_¿Cuál es la metodología de trabajo a implementar?

_En el proyecto se plantearon dos componentes que iban a introducir cambios en el aspecto organizacional interno y externo. Una, la integración de dos áreas importantes: Hábitat y Educación, y la otra en la dinámica de articulación en los territorios, mejorando las capacidades existentes y generando nuevas redes.

La integración de Hábitat y Educación se hizo efectiva vinculando conocimientos y prácticas de los propios beneficiaros, escuelas y del Equipo de Tierras. Esta articulación otorgó mayor significado a las intervenciones, y requirió hacer modificaciones estructurales para constituirnos una unidad de trabajo, mejorando la comunicación y las conexiones entre cada uno de los componentes. Las escuelas involucradas: Escuela Técnica Nehuen Peuman y ESRN Amuyen, ambas de Fundación Gente Nueva, modifican sus planificaciones educativas significando más las prácticas profesionalizantes.

En cuanto a la gestión territorial, hubo que reorganizar recursos humanos y económicos para alcanzar metas: mejoramos la implementación del proyecto, asociándonos a quienes trabajan en los mismos territorios, como por ejemplo La Cooperativa Amapolas y La Tercera, entre otros. También el proyecto, mediante las y los jóvenes de la ESRN Amuyen, recibió del Concejo Deliberante del Municipio de Bariloche, un premio muy importante para la compra de insumos y materiales eléctricos que nos permitió realizar avances en muchos domicilios del barrio Virgen Misionera. Entendemos que el trabajo articulado entre sectores en contexto desfavorable, puede mejorar la calidad de vida de las personas y dar respuesta a las necesidades de la comunidad.

_¿Cuáles son los principales problemáticas habitacionales detectadas?

_Los testimonios de las familias que reciben el beneficio lo dice todo, porque mejorar sus viviendas en este contexto les parece imposible. Un solo avance por poco que nos parezca, significa mucho para los vecinos. Dicen al terminar el trabajo que por ejemplo, renovar un sistema eléctrico muy precario, ayuda a vivir en un lugar más seguro y pueden dormir tranquilos. Otro tema importante, fue la asociación con otros actores para organizar los foros y talleres ampliando el alcance; la capacitación en estufería eficiente, con los amigos Momoterra, es una gran alternativa para gente que no puede acceder a la red de gas, más cuando se aprende en comunidad y colaboran entre todos para aprender.

Una de esas vecinas es María Elena Barcos quien con sus palabras claras agradece “de corazón a la Fundación Gente Nueva, a la escuela Nehuen Peumán, que vinieron a mi casa a hacer la instalación eléctrica. La verdad es que tanto los chicos como los profesores estuvieron muy bien y dejaron todo muy prolijo así que estoy muy agradecida y orgullosa de que salgan con los chicos a hacer estos trabajaos a las casas, para que mejoren habitacionalmente a muchas familias más y poder vivir mejor”.

Las familias quieren un lugar para vivir, no uno de tránsito. En su sueño a dos aguas desplazaron el verbo zafar por el verbo vivir. Nada más ni nada menos.

                                              CONSTRUIR PARA LOS COSTADOS

Gente Nueva es una organización social con más de 40 años de una trayectoria junto a las comunidades más postergadas de Bariloche, que la llevó a acopiar historia, barrio, y legitimidad. “No trabajamos para los barrios, trabajamos en y con los barrios. Nunca impusimos una solución desde afuera, sino que las vamos construyendo colectivamente desde adentro, con los proyectos, las escuelas y los espacios de conversación que compartimos con familias, y otras organizaciones que son parte de la vida cotidiana de nuestra ciudad. Es por eso que este proyecto de integración socio urbana es una apuesta política y ética por la dignidad de las familias trabajadoras, por el derecho a la vivienda justa y por una ciudad menos desigual. Que lo lleve adelante Gente Nueva en este contexto que estamos viviendo es también una apuesta de construcción para los costados”, grafica Federico Ingaramo, presidente de la Fundación.

Respecto a los inicios de este proyecto entiende que siempre fue con otros: “desde el acompañamiento inicial del Centro Nueva Tierra para el nexo con Misereor, con las y los profes del Nehuen Peuman en su formulación, con todas las familias y vecinos involucrados, con los compas del Amuyen en su implementación, con las juntas vecinales de los barrios donde estamos, laburantes de los CAAT´s, con La Tercera para la parte de estufas y Momoterra para distintas capacitaciones, entre otros actores aliados que vamos caminando la ciudad juntos en estos temas. En fin, la importancia de que lo lleve adelante Fundación Gente Nueva es que nace de abajo para arriba y se lleva adelante en forma horizontal”.

Lo que une es la necesidad, y bajo cada necesidad hay un derecho. Es por esos derechos por los que hay que organizarse, capacitarse y luchar porque la vivienda digna y propia representan bienes necesarios para vivir, progresar y desarrollarse.

_¿Qué representa para Gente Nueva haber ingresado en la Cooperación Internacional? ¿Qué significa buscar financiamiento internacional en este contexto del país?

_A partir de la articulación sostenida que tenemos desde hace años con el Centro Nueva Tierra, quienes nos dieron el impulso para entablar el diálogo con Misereor, representa un salto estratégico enorme para nosotrxs. De hecho hace unas semanas también la Agencia de Cooperación Alemana Adveniat, nos confirmó el financiamiento para un proyecto de prevención de violencias contra juventudes y adolescencias. La Cooperación Internacional, cuando se hace bien, como con Misereor, no viene a sustituir al Estado ni a “ayudar a los pobres”, sino a fortalecer procesos populares y a respaldar organizaciones con trayectoria.

Para Gente Nueva significa ampliar horizontes, construir alianzas globales y potenciar nuestra capacidad de articulación local. Es también un reconocimiento al recorrido de quienes vienen siendo y haciendo la Fundación desde hace más de 40 años: somos una organización seria, con un volumen, un ancho y largo material, concreto y visible y siempre profundamente comprometida con la realidad de Bariloche.

En la actualidad hay una ofensiva brutal contra la gente, las políticas públicas, el rol del Estado y las organizaciones sociales. Las fuentes de financiamiento nacional que tienen que traducirse en políticas concretas para que la gente en los barrios esté mejor, están paralizadas y capturadas por descarnadas lógicas de ajuste, odio y destrucción. La búsqueda del trabajo conjunto con la cooperación internacional no es una opción, es una necesidad y hasta una responsabilidad en que una Organización como Gente Nueva debe tener, cuidar e incrementar. No para “aguantar”, sino para sostener y proyectar la tarea que hacemos con más de 2.000 familias en 9 barrios de nuestra ciudad en educación, hábitat, cultura, alimentos y organización comunitaria.

_¿Qué mensajes se les transmite a esos vecinos?

_Lo primero que queremos decirles es que no están solos. Este proyecto no cayó del cielo ni vino de afuera: acá las familias se plantan y no se resignan a vivir en la injusticia. Nosotros simple y decididamente escuchamos esas demandas, esos sueños y tratamos de acompañar desde nuestro lugar y responsabilidad que nos toca.

Lo que estamos haciendo es poner en el centro algo que debería ser obvio, pero hay que volver a decirlo: tener una vivienda justa no un premio ni una limosna. Y no alcanza con un techo: estamos hablando de vivir bien, con casas calentintas, seguras, sin riesgos para la salud ni los incendios, lo más cómodas posibles, eficientes, etc. Es claro que para esto se necesitan recursos económicos, pero fundamentalmente se llega con organización, con comunidad, con presencia del Estado y con decisión política. Es proyecto también es parte del fruto del trabajo que hacen muchísimas organizaciones de Bariloche por el acceso a la tierra y el hábitat. No vamos a dejar de discutir en los espacios que corresponda cómo se reparte la tierra en nuestra ciudad y cómo se planifica.

Con las más de 50 familias de nuestra ciudad que forman parte del presente proyecto existe en muchísimos casos un vínculo de años, de confianza mutua, de lucha compartida. Muchas de ellas que hoy acceden a este proyecto son estudiantes o familias de las escuelas o participan del Centro Cultural o del trabajo articulado con otros espacios e instituciones barriales y comparten el día a día. Es por eso que este proyecto significa la continuidad de un lazo profundo que no se inventa de un día para otro, sino de un entramado social que se organiza, se cuida y se defiende.

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